Europa
Si el objetivo que tienen en mente los líderes europeos es mantener la Unión Europea y consolidar el euro, no hay otra solución que aceptar cuanto antes, que no es posible seguir como estamos, independientemente de la crisis de las deudas soberanas. No se puede mantener la moneda única sin que exista una coordinación de las políticas fiscales de los estados miembros.
Europa necesita darse cuenta de que ha tocado fondo para salir fortalecida de esta situación. Como en las guerras, cuanto antes un país acepta que ha perdido la batalla, menos sufrimiento provocará en sus soldados, lo mismo deberían hacer los estados de la eurozona, deberían darse cuenta de que no existen más opciones, que el tiempo se acaba y la paciencia de los mercados también. En esta guerra, está claro que no va a haber ningún país europeo claramente vencedor, todos tendrán que perder, para que el conjunto de la Unión Europea, pueda ganar credibilidad y fortaleza. En mi opinión, en estas próximas semanas, se tienen que tomar las decisiones que cambien el rumbo de la Europa que conocemos, no sólo porque es necesario, sino también porque es un buen momento para hacerlo. Estados Unidos se encuentra tan debilitado o más que Europa y los países asiáticos tienen los ojos puestos en la evolución de ambas economías para posicionarse.
Podríamos utilizar la imaginación para proponer que nuestro sistema político se unifique pasando de ser “los Estados Desunidos de Europa” a “los Estados Unidos de Europa”. A Alemania no le va a quedar más remedio que aceptar esta opción o vender nuestra alma a China y que sea el país asiático la que comprando, poco a poco, las deudas soberanas de los países más débiles, salve a la unión monetaria, con todo lo que ello puede implicar en un futuro muy cercano. A China no le conviene un descalabro europeo y si China lo tiene claro buscará la manera de evitarlo. Lo realmente extraño es que los europeos tardemos tanto en entenderlo.
La solución que se está esperando de las autoridades europeas es económica, principalmente, pero esta lleva implícita una solución política.Conseguir que la Unión Europea tenga claro que va a convertirse en “Los Estados Unidos de Europa”, puede ser una opción que permita transmitir a los mercados una decisión política unánime, que tanto se necesita en estos momentos y que se traduciría inmediatamente en los mercados. Es necesario comprender que, Grecia y probablemente también Irlanda y Portugal, tendrán problemas de solvencia para cumplir con sus compromisos adquiridos y que el conjunto de la eurozona deberá comprometer más fondos para estabilizar los mercados de la deuda. No se trata de seguir financiando el problema de los países periféricos, porque esa financiación habría que prolongarla en el tiempo y no sería sostenible porque terminaría minando el crecimiento de los países de la eurozona que van bien. Se trata de aceptar que hay que reestructurar ordenadamente la deuda periférica y la mejor opción es comenzar a sustituir bonos nacionales por bonos europeos con tipos de interés bajos para toda la eurozona. Provocar el crecimiento de los países que están con dificultad, cumplir los compromisos de control del gasto, entre otros e ir reduciendo el déficit público.
Las autoridades europeas deben salir con un mensaje inequívoco en el que quede plasmado el compromiso de solidaridad entre todos los Estados miembros y, por lo tanto, debe trasmitir que no aceptará el fracaso económico de cualquier país porque sería el fracaso de la Unión. Si se llega a un acuerdo político, será más fácil ir encaminando los acuerdos económicos hasta alcanzar la unión fiscal de Europa y más tarde “Los Estados Unidos de Europa”.

Raquel Lucía Pérez Brito
Economista, abogada y Licenciada en Ciencias Políticas
@errelu