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España atraviesa por la peor situación económica de los últimos 30 años. Aunque siempre he creído que los milagros económicos no existen, enderezar la economía nacional va a ser una misión muy complicada pero no imposible.
Tras la llegada del nuevo Gobierno, y la toma de sus primeras decisiones, resulta obvio que la situación económica, en los parámetros cuantificables, no ha mejorado. En las últimas dos semanas, España está igual de mal, o peor que en noviembre de 2011. Aumenta el desempleo, S&P baja la calificación de la deuda española, el FMI prevé que España entrará en recesión y un largo etc. Con tantas malas noticias, lo normal sería que los inversores huyeran de nuestro país y se refugiaran en otros más seguros y, sin embargo, la sorpresa es que los mercados están dando un balón de oxígeno a la economía española.
¿Por qué está pasando esto? Sería muy simplista pensar que los inversores se pusieron de acuerdo para abandonar al ex presidente Zapatero y apoyar, en estos momentos, al presidente Mariano Rajoy. Es evidente que hay muchos factores que influyen pero, principalmente, la diferencia entre uno y otro radica en la forma de gobernar. El Presidente está tomando decisiones rápidamente y no oculta que la situación es muy compleja, difícil y excepcional. Y a pesar de ello, los mercados están reaccionando positivamente, incluso mejor de lo que esperaban los más optimistas.
La primera prueba de fuego para el país se produjo con las emisiones del Tesoro en la que se consiguió colocar la totalidad a un coste inferior, casi a la mitad. Este resultado podría tener una explicación financiera sencilla que nada tendría que ver con quién gobierna este país. Por un lado, el Banco Central Europeo (BCE) está financiando a la banca con todo el dinero que necesite o desee al 1% y ésta tendrá que devolverlo dentro de tres años. Si el mismo banco decide comprar letras del Tesoro al 2’15%, ya está obteniendo una rentabilidad sin riesgo. Hasta aquí todo es lógico. Pero, ¿cómo se podría explicar la reacción del mercado en la subasta de deuda a cinco, siete y diez años? Recuerdo que las expectativas del Gobierno era colocar como máximo 4.500 millones de euros y el resultado final fue de 6.600. No encuentro otra explicación más allá de la credibilidad que el actual Gobierno pueda estar alcanzado en los inversores. Algo me hace pensar que las cosas, efectivamente, pueden cambiar y, de momento, ese algo, a falta de otros datos económicos, no es más que la confianza en la forma de gobernar. Esta podría ser la punta de lanza para que nuestro país consiga salir adelante.
A lo largo del presente año necesitaremos refinanciar la dolorosa cifra de ciento veinte mil millones de euros. De momento, el Estado está resolviendo bien sus compromisos. En el mes de abril será necesario colocar 21.311 millones de euros más. Entonces podremos ver si los mercados seguirán apoyando la gestión de Mariano Rajoy.
La confianza es un valor que se pierde muy rápidamente.