eurobonos
En los últimos años, las noticias han convertido a la prima de riesgo en un término muy popular en toda Europa. Hasta entonces, pocos eran los que habían oído hablar de ella y menos aún los que conocían qué era y sus posibles consecuencias.
Hoy estamos puntualmente informados de la evolución de la prima de riesgo y escuchamos con interés sus vaivenes. Es cierto que muchos tienen la sensación de que es algo lejano y que no nos afecta directamente e incluso la comparan con la bolsa, con la creencia de que solo tiene interés para los que participan en ella. Sin embargo, sus consecuencias pueden ser devastadoras para todos los ciudadanos de un país en el medio y largo plazo.
También se la conoce como “riesgo país” y, quizás, con este término sea más fácil de intuir la importancia de la misma. La prima de riesgo no es otra cosa que la comparación de un país con otro. En Europa, todas las primas de riesgo de los países de la zona euro se comparan con el país cuya economía se considera la más fuerte de la zona, que evidentemente es Alemania. Por lo tanto, la prima o riesgo país es el sobrecoste que exigen los inversores por comprar los bonos españoles en el mercado secundario a 10 años, en vez de los alemanes, sobre los que no existen dudas en cuanto a su reembolso. Es evidente que, la prima de riesgo refleja el nivel de confianza de los mercados en la economía y las instituciones de un país. La desconfianza en España, con o sin razón, ha provocado que la prima de riesgo esté en límites históricos porque los mercados consideran que existe un riesgo de impago.
La semana pasada, al colocarse la prima en 535 puntos, el comprador de bonos españoles en el mercado secundario decidió asumir un riesgo a cambio de una mayor rentabilidad. Los inversores ganarán un 5,35% más de interés que si hubieran comprado los mismos bonos con el mismo plazo pero en vez de a España a Alemania.
Podríamos pensar que España no debería acceder a pagar un sobreprecio por financiarse, pero es que nuestro país necesita que le sigan prestando el dinero para poder hacer frente a los vencimientos de deudas pasadas o refinanciarlas. Los mercados se han convertido en el banco usurero que pone las condiciones que le interesa en cada momento según criterios incluso lejanos a la objetividad, que juegan en los mercados secundarios. A España no le queda otra que seguir luchando para que la intervención del Banco Central Europeo sea más intensa y por conseguir que los Eurobonos se conviertan en una realidad.
Con los eurobonos, el inversor tendría una misma rentabilidad en toda la zona euro y por lo tanto desaparecería la prima de riesgo ya que el pago de los bonos sería asumido por la zona euro en su conjunto.
Raquel Lucía Pérez Brito.   errelu.blogspot.com
Economista, abogada y licenciada en Ciencias Políticas